Durante estos últimos años en Chile, con el estallido social y la pandemia mundial, hemos estado desafiados por un continuo escenario de incertidumbre, que ha generado importantes cambios en aspectos políticos, económicos, sociales, legales y tecnológicos, unidos al acelerado cambio climático.
En esa línea, es fundamental que los Directorios salgan de su zona de confort y comprendan la importancia de revisar sus lineamientos corporativos, replantear su propósito y diseñar estrategias que permitan, a través de una mirada transversal, aportar valor tanto para la compañía, la sociedad y para su entorno. Esta es la única manera de conseguir la sustentabilidad y sostenibilidad de las compañías en el tiempo.
Asimismo, los cambios socioculturales, tecnológicos, el acceso a la información y nuevas formas de comunicación, han ido generando que los clientes sean cada día más exigentes, haciendo que el “precio”, no sea el único factor de diferenciación al momento de elegir un producto o servicio.
Hoy en día, es impensable no considerar una visión ESG dentro la cultura organizacional de una empresa que quiera dejar un legado en la comunidad y en el entorno en el que participa.
Para ejemplificar lo anterior, podríamos comentar la evolución de la industria inmobiliaria y el cómo los Gobiernos Corporativos de las compañías más relevantes del sector han ido incorporando estrategias ESG.
Este desafío requiere una buena comunicación con el cliente para entender qué necesita, cuánto puede pagar y cuáles son los elementos diferenciadores que más valora al elegir su vivienda. A igualdad de precio y calidad, sin duda se valoran atributos de los proyectos que aportan al entorno y sociedad: destacando los ecosustentables que incorporan tecnologías para ahorro de energía en iluminación y calefacción, sistemas de reciclaje (agua, basura), áreas verdes, etc.
Los proyectos inmobiliarios mejor evaluados, son aquellos que han sido diseñados entendiendo el entorno social en que habita la empresa, poniendo foco en el cliente, stakeholders y en su entorno en general.
La reputación corporativa exige claridad, coherencia con el propósito y visión de la compañía para generar confianza y valoración en la comunidad. Los Gobiernos Corporativos deben entender la oportunidad desde el entorno, intersectando las capacidades internas, recursos, valores y propósito con una estrategia ESG.
Director Ejecutivo
EUROCORP
Alumni IdDC