¿Recuerdan como comenzó la “saga” Musk – Twitter? Hace algunos meses atrás, Elon Musk lanza una oferta de compra total de Twitter por sobre el valor de mercado de la acción, impactando al mundo entero de las tecnológicas y al mercado accionario. Poco sabíamos entonces del impacto que esto también tendría en los gobiernos corporativos.
¿Cuál fue la respuesta del directorio de Twitter a esta oportunidad? A mi parecer, una algo apresurada y poco diligente que vino de parte del presidente del directorio de la tecnológica: “No aceptamos la compra”.
Sin duda, un mal comienzo… pero podemos llegar a entenderlo. Finalmente, los directores son personas, y como tales, tienen su carácter, pasiones y emociones. En efecto, pareciera, que esta respuesta apresurada del directorio responde más a pasiones que a mesura y evaluación, que es lo que se debería esperar. Un director, y más aún, el presidente de cualquier compañía, –grande o pequeña–, debe, ante todo, ser mesurado, diligente y evaluador, y actuar acorde al mejor interés de quienes representa, y no de sí mismo.
Salir a responder que no aceptan la oferta, por lo mínimo, llama mucho la atención. Sobre todo si, claro está, la materia en realidad, –por su envergadura, impacto y alcance–, debiera haber sido resuelta por los accionistas (los “dueños” de la empresa). La historia sería otra si, en vez de rechazar públicamente una oferta así de interesante, el directorio hubiera partido por declarar que “está al tanto de la oferta y que el directorio, junto con la asamblea de accionistas, estudiarán en detalle la propuesta y emitirán una respuesta”.
Pero no fue así y el directorio, finalmente, tuvo que doblegar su postura inicial de rechazo, luego de presiones de los grupos más importantes de accionistas de Twitter (que era esperable), llegando a un acuerdo de compra.
Pero, eso no es todo. Sabemos que recientemente Musk, aludiendo falta de información que no se les entregó respecto a las cuentas Bots, durante el proceso de Due Diligence, decidió desistirse de la compra, cancelando el acuerdo, lo que llevó pocos días después al presidente del directorio a declarar que llevarán a Musk a juicio por retractarse, buscando forzar a la compra. ¿Estará de acuerdo la asamblea al respecto? Nuevamente, pareciera un actuar apresurado y no adecuado del directorio.
¿Qué lección podemos sacar los directores? Principalmente, volver a las bases de nuestro rol como director. Como tal, se nos entrega la confianza y responsabilidad de dirigir el norte de la empresa, velar por su buen funcionamiento y cuidar el interés de sus accionistas y de los stakeholders. Por tanto, debemos tomarlo muy en serio y ser extremadamente diligentes, moderados, reflexivos y evaluadores. Toda esta historia podría haber sido muy diferente si se hubiera actuado bajo esta premisa.
Rodrigo Morales Stekel
Director, South Andes