Opinión

Anticipar para sobrevivir: El rol del directorio ante las crisis

Por: Fadua Gajardo, Directora Ejecutiva del Instituto de Directores de Chile 

Los recientes eventos climáticos extremos, como el temporal de lluvia y viento de 120 km/h que prácticamente paralizó a nuestro país y dejó a miles de hogares sin luz por varios días, no son anomalías que puedan ser ignoradas. Estos fenómenos, cada vez más frecuentes y severos, son una advertencia clara de que las empresas deben repensar sus estrategias y, sobre todo, cómo se gestionan los riesgos asociados al cambio climático. La sostenibilidad de las compañías en el tiempo depende, en gran medida, de su capacidad para anticiparse a las crisis. 

En este contexto, el rol del gobierno corporativo es crucial. Los directorios deben ser proactivos en la identificación, evaluación y priorización de los riesgos, no sólo por cumplir con una responsabilidad fiduciaria, sino para asegurar la viabilidad a largo plazo de sus empresas. Sin embargo, la realidad muestra que aún queda un largo camino por recorrer. 

Según nuestro estudio “Radiografía de Directorios por la Acción Climática” realizado este año, nos muestra que el 40% de los encuestados dice que “pocas veces” se mantiene informado al directorio sobre los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático. Este dato es alarmante, considerando que la adaptación y mitigación de los efectos climáticos no es una opción, sino una necesidad imperante. 

Los directorios deben dedicar más tiempo a analizar los riesgos asociados al cambio climático y entender cómo estos pueden impactar en todas las áreas del negocio. No se trata únicamente de una cuestión ambiental, sino de una gestión integral de riesgos que afecta la cadena de suministro, la estabilidad financiera y la reputación corporativa.  

Para gestionar estos riesgos de manera proactiva, es recomendable habilitar instancias periódicas donde se identifiquen, evalúen y prioricen estos riesgos. Una vez identificados, la compañía debe desarrollar estrategias robustas para su mitigación y adaptación. Dado que las amenazas y oportunidades en este ámbito evolucionan constantemente, es vital que los directorios monitoricen continuamente estos riesgos y ajusten sus estrategias en consecuencia. El fortalecimiento de la reportabilidad y la toma de decisiones basadas en un análisis de riesgos permanente también es fundamental. Los informes climáticos y las métricas de sostenibilidad deben integrarse en la gestión diaria de la empresa, permitiendo una respuesta ágil ante cambios imprevistos. Solo así, las empresas estarán en una posición de fuerza para enfrentar las crisis futuras. 

La capacidad de anticiparse a las crisis no solo protegerá a las empresas, sino que también fortalecerá la confianza de los inversionistas, clientes y otros stakeholders, demostrando que la compañía está preparada para un futuro incierto. En un mundo donde los eventos climáticos extremos serán la norma, no anticiparse es, en sí mismo, un riesgo que ninguna empresa puede permitirse correr. 

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